martes, 20 de noviembre de 2012


Slide 5
Publicado el 2 noviembre, 2012 por Ramon Valeta

Paciente moderno y crisis son dos conceptos que no tienen porqué estar forzosamente ligados. Sería factible hacer un análisis de su impacto en la salud por separado, pero la situación actual nos ha dado pie a buscar algunas concordancias.
La importancia de introducir cambios en nuestras formas de hacer, tanto laboral como personalmente, con el fin de buscar una mejora constante no es un consejo nuevo vinculado a la crisis, ya nos lo decía Platón 400 años a.C. al igual que Albert Einstein y muchos otros pensadores. ¿Recordáis el famoso best seller de Spencer Johnson publicado en el 1998, diez años antes de la actual crisis, -¿Quién se ha llevado mi queso?-?
Pero como dice el refranero “de Santa Bárbara sólo nos acordamos cuando truena” y al margen de las señales de alerta, en el 2008 llega la temida crisis y de forma unánime recordamos que hay que innovar para mejorar, cambiar o transformar nuestra manera de hacer. A toda costa hay que buscar un mayor grado de eficiencia.

En el mundo de la salud se deben de reinventar los procesos, ya sean de índole administrativa, de coordinación interprofesional o asistencial. Las tecnologías juegan un importante papel, pero en especial las de la información y comunicación: las TIC.
A este proceso se le superpone un cambio cultural muy importante, ‘la modernización’ del ciudadano. Los hábitos de una gran parte de la sociedad cambian; uso de Internet, redes sociales, movilidad geográfica, flexibilidad horaria, etc. Y nos encontramos con un común denominador el crecimiento exponencial en el uso de las TIC, apareciendo lo que algunos se han atrevido a llamar el “homo connectus”.
Dentro de este contexto podemos englobar al ‘paciente moderno’ donde cabe perfectamente el concepto introducido por Lowell Levin y Ellen Idler:

“Ha llegado el momento para un importante cambio conceptual… de ver a las personas como consumidores de atención en salud a verlos como lo que realmente son: sus principales proveedores”
Nos encontramos pues que paulatinamente el paciente pasivo receptivo y básicamente sumiso a las indicaciones de los profesionales sanitarios, se transforma en un paciente comprometido con su salud, con mayores conocimientos, que quiere participar en la toma de decisiones, que contrasta opiniones, que demanda acceso a su historial médico, que no quiere perder tiempo, que exige el uso de las TIC para todo aquello que sea útil y que simplifique los procesos de coordinación y asistenciales, pero que también exige una estrecha colaboración con los profesionales de salud. Todo ello nos lleva al e-Paciente.
Según una encuesta pasada el año 2002  por Pew Internet & American Life, en Estados Unidos había 93 millones de e-Pacientes. Naturalmente este número en la actualidad debe ser mucho mayor.
Ante de esta situación, es obvio que tanto los organismos compradores de servicios sanitarios como los proveedores de los mismos, tenemos la obligación de cambiar de paradigma y adaptarnos a la nueva realidad.

En este sentido la Corporación Fisiogestión desde hace años está trabajando en esta línea, primero con la creación del programa FesKits_ Estimulación Cognitiva, y desde el año 2009 con el desarrollo de la plataforma interactiva de rehabilitación iCF, que es un centro de recursos on line, formado por un conjunto de aplicaciones interconectadas, que permite al usuario trabajar de forma autónoma, pero siempre con la supervisión y soporte de un tutor virtual especialista en el ámbito de actuación.

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